“Eso” es una palabra que fundó toda una disciplina filosófica: la ontología. Y es así que muchos filósofos han estado muy preocupados por definir qué es una cosa. No es lo que ves, por ejemplo, porque lo que ves está mediatizado por todas las telas que tejen tus sentidos y prejuicios.
Bien, pero tu envias esa cosa y quieres que llegue a su destino. Es a partir de esa necesidad que nació el correo. Sin embargo la ontología de “eso” se fue complejizando hasta que se creó una megacorporación como es el caso de UPS.
Desde hace un tiempo las cosas hablan con los seres humanos. Dan y piden información. Un auténtico diálogo entre dos niveles ontológicamente muy diferentes. Además, los avances tecnológicos vienen proponiendo algo aún más inquietante: el diálogo cosa a cosa. Ya no somos el centro del universo dialógico. Si las cosas hablan entre ellas y, además, tienen comportamiento, lo imprevisible se hace cada vez más posible.
Es por ello que transportar cosas cada vez es mas complicado. Un objeto puede saber que tiene fecha de vencimiento y protestar para llegar más rápido, puede buscar a otro objeto para combinarse en una tercer cosa. Todo gracias a tecnologías basadas en la Web, RFID y otros inventos que ya dejan de ser solo intentos. Para UPS eso significa que transportar cosas es cada vez más parecido a transportar personas, y hasta puede ser aún más difícil.
Mientras tanto recuerdo un envío que me llegó por UPS.
Cuando Picasso no era famoso vendía sus dibujos en las calles de París, eran dibujos figurativos aunque denotaban un nuevo estilo. Básicamente tu caminabas por las calles de París y te podías encontrar con Picasso y comprarle uno de sus dibujos. Era 1904 y podías transformar unos pocos francos en decenas de miles sólo unos pocos años más tarde...
En esas épocas el cubismo aún no había nacido. Y es asi que encontré uno de los dibujos pertencientes a esos años. Pero claro, aún no se sabe si es de Picasso o no. Básicamente todos los dibujos no autenticados son probablemente falsos. Y autenticarlos es un proceso difícil y muy costoso. Pero ese dibujo tenía algo que me llamaba la atención. El mismo vendedor decía que se trataba de un personaje medio loco y que nadie lo quería poner en su pared. Sin embargo, lo compré tras una compulsa de precios nada difícil por eBay pues casi no había interesados en este supuesto Picasso.
El envio fue realizado por UPS. En este caso no viajaba cualquier cosa, viajaba “mi” Picasso. Y, por suerte, el dibujo llegó en perfectas condiciones. Una vez abierto se podía observar la complejidad técnica del dibujo y la antigüedad del papel. ¿Sería realmente un Picasso?
Así estuvo algunos meses en el mismo tubo en el que llegó. Hasta que un dia lo volví a mirar. Como decía Lacan "repetir no es reencontrar la misma cosa", y entonces descubrí qué era lo que me había llamado tanto la atención. Era su mirada... siempre fue su mirada... lo que me habia llamado la atención... pero ahora encontraba una explicación.
Según mi hipótesis este dibujo es tal vez el primero conocido donde lo figurativo comienza a bifurcarse hacia el cubismo y la abstracción. O sea ahora este dibujo puede valer ¡más de un millón de euros!

Se me ocurrió que Picasso vio a un ser cuya apariencia que mezcla a un linyera con un loco le llamó la atención. Pero además Picasso no vio a “El loco” en forma directa. Lo vio a través de un cristal que deformó su rostro. Dependiendo del ángulo y la curvatura un cristal deforma una imagen pudiendo incluso lograr que partes ocultas pasen al primer plano. Un cristal deforma, pero lo hace siguiendo una lógica. Y he ahí que vemos ese torque, esa deformación o ese pliegue en la mirada del rostro que luego se exageraría en el cubismo. Me entusiasmó la idea pero el hecho es que el dibujo volvió a la oscuridad del tubo que lo almacena.
Notablemente luego encontré un dibujo de esa misma época realizado con otro estilo aunque sin dudas el personaje es el mismo. Picasso lo tituló: "El loco". ¡El mismo nombre con el que llamo al mío!
Fue una emoción sentir esa idea más allá de si sea o no sea cierta esta hipótesis: después de todo tampoco sabemos si este Picasso es verdadero o falso. Pero sí sabemos una cosa, como lo señalara en una frase inmortal Aristóteles en De Interpretatione: aún este cuadro no es ni verdadero ni falso. Esa frase permaneció oculta en sus escritos durante dos milenios. Pero ahora la enorme complejidad de la realidad hizo de esa frase la punta de lanza para el nacimiento de las lógicas trivalentes: esas que destacan más valores de verdad que lo verdadero o lo falso. Sobre estas lógicas ya hay patentados microprocesadores para lograr el mayor desafío de este siglo: crear Inteligencia Artificial Sensible, algo casi como un humano.
Volviendo a ese lugar que no es verdadero ni falso y, por lo tanto, pertenece a la tierra de las esperanzas, o a los que buscamos más colores que el blanco y el negro, volviendo a ese lugar... uno siente que es muy cómodo para vivir. Es por eso que no creo que permitan que le cambien la ontología a mi Picasso.