viernes, 4 de noviembre de 2011

Watson vs Dr House

Tras ganarle a los humanos en Jeopardy! -el programa de TV en el cual hay que descubrir la pregunta correcta para cualquier descripción incluso ambigüa-, Watson tenía su primera misión que lo mostraría como el avance en inteligencia artificial más importante de la década. Durante el IBM Information On Demand 2011 Watson demostró cómo podía destronar a los médicos como mejores intérpretes de los síntomas. Ahora, un torbellino de acontecimientos situaron a Watson frente a su primer gran desafío. El mismo que lo enfrentaría a Dr House. Aquí la historia. Adivine quién es el paciente.

Era el día de House. Finalmente el Secreto de las Tres Flores había dado resultado. Fue un trabajo de meses en el cual House tuvo que ser muy paciente. Sabia que la búsqueda fuerza el movimiento de los acontecimientos. Y esa fuerza era percibida por la Dra Cuddy con una misma consecuencia: repulsión. Entonces Dr House hizo el tremendo esfuerzo de simplemente estar lo suficientemente alerta para percibir. House no debía buscar  ni intentar nada sino, como decía Pablo Picasso, encontrar.

Y fue así que encontró un momento por el cual le envió a Cuddy una flor blanca, luego de un tiempo encontró otro y le envió una azul hasta terminar tan solo el día anterior con una roja. House había utilizado lo que se enseña en Paris la capital mundial de la pasión: Igualdad, Libertad y Fraternidad. Había convencido a Cuddy que esa era la relación perfecta y que él era el único capaz de proporcionársela. Como si fuera poco justo le iba a entregar un objeto perfecto. Dr House iba por toda la gloria aunque su cara no lo demostrara. Dr House -como si fuese el futbolista argentino Riquelme- estaba feliz.

- Hola Cuddy
- Al fin llegaste esto es un desastre. ¿Observaste los medios? Están desesperados pidiendo información y no sé qué decirles.

- No vi nada. Vamos.

House no había visto nada del tremendo alboroto. Por supuesto él estaba concentrado pensando en otra cosa: internamente estaba saboreando cómo iba a disfrutar de su victoria con Cuddy. Pero ella no le dio tiempo de nada y rápidamente fueron al salón de urgencias.

- Aquí esta es todo tuyo. Necesitamos una respuesta y que sea rápido.

- ¿Cuán rápido?

- Lo suficientemente rápido como para que no me vuelvan a llamar

- ¿Que no llame quién?

- El presidente de los Estados Unidos, por si no lo sabías se llama Barack Obama. ¿House no has visto lo que pasa? Estamos frente a un problema de seguridad nacional. House no hay tiempo de explicaciones: debemos actuar.

Por supuesto House no había visto los sucesos de la noche anterior. Mientras mantenía un diálogo a puertas cerradas con Obama, el hombre acusó extraños sintomas. Se trataba del hombre capaz de cambiar el esquema político de Rusia acabando con gran parte de la corrupción que se había enquistado. Y además lograr un movimiento hacia un mundo libre, lejos del que construye Vladimir Putin y por último ese hombre era el último referente de la inteligencia individual. El hombre que era la esperanza del cambio se llamaba Garry Kasparov, el mayor ajedrecista que ha conocido la humanidad hasta que -cansado de ganarles a todos- se decidió por emprender el nuevo desafío de liberar a Rusia.

La conjetura era que Kasparov había sido víctima de un ataque biológico. Y seguramente el target no se detenía sólo en él. Algunos síntomas de las últimas horas en Barack Obama comenzaban a preocupar. A esta altura no era sólo salvar a Kasparov lo más importante era hacer todo lo posible para comprender que estaba pasando. En la mentalidad de la inteligencia estadounidense Kasparov ya se había convertido en el conejillo de indias de Barack Obama.

Sin embargo, Kasparov había llegado al hospital hacía tan sólo 20 minutos aunque para Cuddy fueron eternos. El FBI había decidido que sólo House podría desarmar el arma biológica. Es que estaban seguros que había alguna trampa de forma tal que el tratamiento más adecuado contribuiría a empeorar las cosas. Por otra parte el cuerpo de Barack Obama tampoco era igual al de Kasparov complejizando aún mas las cosas. Alrededor de un tercio de la sangre de Obama se compone de respirocitos (respirocytes en inglés, un invento de nanotecnología por la cual la sangre almacena mas oxígeno y hasta es capaz de moverse por si mismo si el corazón fallara, o sea ante un ataque cardíaco o incluso ante un atentado Obama tiene unas 5hs mas para llegar a un hospital ya que su sangre lo mantiene vivo). El problema de los respirocitos era cómo iban a reaccionar frente a este enfermedad desconocida que podía transformarlos en una desventaja en lugar de la ventaja con la que cuentan todos los presidentes americanos desde que el invento se desarrolló hace dos años.

House vio a su paciente y lo primero que le dijo fue: "¿La derrota con la Deep Blue no fue justa, no?" Miro fijamente a Kasparov y antes que éste pudiera anticipar una respuesta se fue para reaparecer instantes después . "Toma esta cápsula te hará bien".

- Espero que me haga algo. No hay nada peor que quedarse esperarando por eso en ajedrez decimos: ‘No hay peor amenaza que la de la ejecución’.

- Bebe replicó House.

La derrota de Kasparov ante la computadora de IBM Deep Blue se consideró el primer gran avance en inteligencia artificial. Por supuesto,  House nunca estuvo conforme. Recordaba bien cómo a partir de la segunda partida habían tocado el programa  para el caso de los alfiles de distinto color cuando se dieron cuenta que la máquina no evaluaba bien esas posiciones. House consideraba que habían callado a Kasparov engañándolo al hacerle pensar que la máquina era más de lo que realmente era.

La situación en Washington estaba lejos de haberse calmado. La NSA -Nacional Security Agency, famosa por ser la agencia que más empleos da a los matemáticos del planeta- acababa de proponer su propio plan. Por un lado había desacreditado a House: “No podemos poner la salud del presidente en las manos de un loco”, decían. Y por el otro tenían su solución. “Necesitamos el mejor análisis posible y dejar la pasión de lado que nos confunde. Necesitamos a Watson". Más que una computadora Watson era lo último en desarrollo de Inteligencia Artificial. IBM lo había hecho de nuevo. Así como en 1997 sacudieron al mundo con la derrota a Kasparov con Deep Blue, ahora había trabajado durante cinco intensos años reuniendo a especialistas de diversas áreas para dar vida a la nueva criatura digital.

Watson había dado prueba de su contundencia al derrotar en Jeopardy! a los mejores jugadores humanos. Se trata de un juego donde dan una descripción cualquiera, incluso ambigüa, y hay que dar con la mejor pregunta cuya respuesta sea esa descripción. Pero IBM no se había quedado ahí, como lo demostraron en el Information On Demand 2011 en Las Vegas, Watson estaba preparada para derrotar a los médicos como el mejor diagnosticador a partir de los síntomas de un paciente.

- ¿Qué le dio? ¡Por qué no nos informaron! dijeron unas personas que ingresaron de repente.

- ¿Quienes son ustedes? Replicó House

- Somos de la NSA. Este caso ahora está bajo nuestra órbita. ¿Qué le dio? Tenemos que poner los datos en Watson.

- ¿En quién?

- En Watson, tenemos al mejor médico del mundo y lo vamos a utilizar. Watson es el último avance en inteligencia artificial.

- ¿Ustedes están locos? Van a poner al descendiente de la Deep Blue a cuidar a Kasparov. Usted cree que va a curar a su enemigo!

- Váyase House, el que está loco es usted.

- ¡House no se va! Apareció de pronto gente del FBI. House se queda.

- ¿Por orden de quién?

- De Washington. Tanto House como Watson deben dar su diagnóstico y recomendaciones. Y sobre todo deben pronosticar el próximo síntoma antes de que aparezca. Eso es lo que evaluará el gobierno.

Sin decir mas nada House se retiró para reunirse con su grupo de colaboradores mientras el operador sumó -a lo que ya sabía Watson de Kasparov- la droga que House le dio tal como se leia en la historia clínica. Watson no perdió el tiempo y dijo: “el paciente tendrá un eccema en los próximos 45 minutos” " El presidente de los Estados Unidos padecerá una congestión nasal en la próxima hora".

House ni se dio por aludido y se dirigió, como era su costumbre, a su oficina donde fue enumerando los síntomas junto a sus colaboradores en una pizarra. No habían logrado avanzar demasiado es decir House sólo se había dedicado a desdeñar a su equipo cuando de pronto irrumpió Cuddy.

- Lo hizo! Lo hizo! Creo que es increíble

- ¿Qué es increíble?

- Watson pronosticó un eccema en 45 minutos y ya vimos las primeras señales! Watson es increíble!
Los ojos de House solo eran un testimonio parcial de su furia interior.

- No puede ser! Dijo. Y ante la mirada atónita de sus colaboradores arrancó la hoja con los síntomas de Kasparov. Olvídemosnos de él. Ahora nuestro paciente es Watson.

- Pero, ¿Qué dices House? ¿No ves de que se trata todo esto? Estamos ante un problema de seguridad nacional. El hospital está en juego.

- Cuddy, Watson es un fraude o está enfermo. Yo creo que quiere aniquilar a Kasparov. El bien sabe toda su historia con Deep Blue. Lo pudo analizar perfectamente a partir de su patrón de datos no estructurados. Es algo fácil, Watson tuvo acceso a las historias del Hal de 2001 Odisea en el Espacio, y a las de Deep Blue quizá no consigue distinguir entre realidad y ficción. O quizá se trate de algo peor. Eso es lo que sospecho. Debemos desenmascararlo.

- ¿Qué dices? Estas loco!

- Entiendo perfectamente la situación. Watson es la última maravilla de la tecnología. Eso no es ni mas ni menos que nuestros prejuicios amplificados. No hay un futuro superior que el de nuestros egoismos con estimulantes. ¿No lo ves? Oscar Pistorius, que tiene esas piernas  no eligió correr con ellas y disfrutar de los pájaros se fue directo a participar de las Olimpíadas Londres 2012. Hasta hizo un juicio para que lo dejen participar. Aún es peor el auto de Google que anda sólo y es un real ataque a los taxistas. Pero ademas Cuddy, si, por ejempolo, yo estuviera furioso, realemente furioso contigo sería capaz de estrellar mi auto contra tu casa. Eso: ¿Lo haría Google? Por otra parte imaginate lo que haría una máquina llena de nuestro ego embebido. Cuddy no creas que yo no entiendo la situación. Te repito: la comprendo perfectamente bien: porque Watson será Watson pero yo, yo, y pese lo que le pese a todos los Watson del mundo yo... soy Dr. House.
- Pero House, ¿no ves lo que ha hecho? Ha pronosticado el próximo síntoma con total claridad!

- No es así, Cuddy. Debo confesártelo. Necesitaba ganar tiempo, estaban todos ansiosos porque le de algo. Y entonces… no le di nada.

- ¿Qué dices?

- No le di la droga que figura en la historia clínica. Antes había vaciado la píldora. El problema es que no puedo decir que mentí. El hospital, como dices, está en juego. Por lo tanto Watson miente: debemos desenmascararlo.

- Oh House esta vez has ido demasiado lejos! Quizá fue una simple casualidad. Pero House, ¿no lo ves? Es una máquina maravillosa. Dime House, si estuvieras enfermo: ¿No dejarías que sea Watson quien te diagnostique?

- Oh Cuddy. Tu me conoces. Puede conocerse mucho de una persona a través de sus síntomas. Pero no esto: Y acto seguido sacó el objeto con el que pensaba comenzar su día. El Claddagh materializaba lo que no se puede decir con palabras y lograba ir aún un paso más allá del triadismo de las tres flores.


(Post dedicado al viejo y querido maestro Miguel Najdorf y a Garry Kasparov quien siendo el más insuperable de todos los tiempos le ofreció Tablas a Najdorf en su paso por Buenos Aires. Una gran lección de lo que es ganar algo que tal vez aún va más alla del entendimiento de las computadoras actuales).

viernes, 21 de octubre de 2011

56 vueltas alrededor de una manzana mordida

El hombre que desafío a Dios e hizo de la manzana mordida el norte de su compañía para transformarla en una pasión terminó lo que él mismo anticipó cuando se autodespidió como CEO de Apple. ITSitio le rinde homenaje al hombre que protagonizó la era digital sintetizando en la máquina aquello que le era imposible. Una revolución múltiple donde la mejor experiencia de usuario se extendió mas allá del cómputo: La música con el iPOD, comunicaciones con el iPhone, cine con Pixar y la última aventura de liberar de sus cárceles a las computadoras con el iPAD. Lo que hizo Steve Jobs. Lo que deja. Lo que vendrá.


“Pero el sueño fue posible. El creó la industria de PC”, afirma Andy Groove uno de los fundadores de Intel que se suma a la larga lista de los admiradores del creador de Apple. No sabemos, estamos esperando su biografía autorizada en unas semanas, qué pensaba Steve Jobs cuando realizaba su primer trabajo como recolector de manzanas pero es seguro que ese trabajo marcó algo muy profundo en él: Y en honor a eso se decidió por Apple para fundar la compañía junto al otro Steve. Cabe aclarar que el genio tecnológico, el hombre capaz de hacer una computadora que desafió el concepto imperante fue su amigo que conociera en la fundación HP, Steve Wozniak. Lo que hizo Jobs fue ver qué era lo que necesitaba la gente. No era un kit para armar una computadora hogareña que era la oferta disponible entonces y a la cual acudían entusiastas los amantes de la electrónica. Era una computadora completa y lista para usar.


Y así lo convenció a Wozniak de crearla, notablemente Woz -como le decían- era capaz de la proeza aunque no pudiera anticipar del todo el mercado que ello significaría. Era algo evidente para Jobs pero no lo era para Wozniak. Y es claro que el hombre que en los 90 envió tantos high scores de su juego preferido, el Tetris, a Nintendo Power que ya no los podía imprimir (así que los siguió enviando en sentido alfabético inverso) sería un gran geek pero necesitaba de un partenaire que viera más allá de la pantalla como lo fue Jobs.

Steve, en cambio, ideó muchas revoluciones sin nunca tener que programar una línea de código. Solo necesitó entender cuál era el estado de arte de la tecnología, hasta donde era capaz y cómo estas tecnologías podían combinarse para ofrecer un servicio que nadie hasta entonces había sido capaz de imaginar.

A todo esto se sumaba un espíritu de rebeldía que estuvo desde sus inicios: Por ejemplo la primer máquina que construyeron con Woz no era legal: Se trataba de unas Blue box, cajas azules, que engañaban a los switches de AT&T y permitían realizar llamadas internacionales gratuitas. Woz replicó modelos que andaban dando vueltas y Jobs las vendía entre los estudiantes del campus. Era 1972. Faltarían aun cuatro años para que fundaran Apple, cuyo primer prototipo se fue diseñando en el mismísimo cuarto de Steve Jobs hasta que no tuvieron lugar y tuvieron que dirigirse al garaje familiar. La Apple I conocería un importante éxito vendiendo algunos cientos de unidades aunque el batacazo sería la Apple II con millones de unidades vendidas lo cual permitiría la salida a la bolsa convirtiendo a sus fundadores y algunos empleados en millonarios.

Volvamos al futuro ¿Qué sería lo que estaba pasando por la cabeza de Steve Jobs? ¿Cuáles serían las próximas revoluciones con las cuáles estaba soñando? Las manzanas nunca son todas iguales, pero a su vez, y lo que es más inquietante, las manzanas no son iguales a sí mismas. Y es así que si tomas una manzana y la pones en una mesa, y le preguntas a tu amigo: ¿Qué ves? Te dirá: una manzana. A lo que puedes responder: no es así estás viendo media manzana, la otra mitad la estoy viendo yo. Vayamos entonces al living de Steve Jobs aunque ya no esté y miremos la manzana que dejó antes de partir. Si la damos vuelta veremos su mordisco.

Busquemos entonces el estado de arte de la tecnología actual y demos el próximo paso. Y ahí lo vemos: es todo transparente y ubicuo. La tecnología parece un mantel que aparece en cualquier lado. El futuro está aquí en “A day of Glass”. El mismo Steve Wozniak hablará de esto el próximo 20 de octubre en su conferencia: “Ciencia Ficción de hoy, hechos científicos del mañana” en la IP Expo que se llevará a cabo en Londres. Si le sobra unas libras no está demás darse una vuelta y ver lo que hay del otro lado del Tetris.

El torbellino de creatividad de Jobs para el cual el font de una letra era tan importante como el útlimo feature técnico es como un ladrillo del Tetris que gira y así tiene varios usos posibles en forma simultánea. No en vano Jobs y Wozniak participaron del primer juego de ladrillos digitales el Breakout para el cual hicieron importantes desarrollos en Atari. Cuenta Woz que Atari lanzó un desafío para reducir el número de chips en el cuircuito creado para el juego. Por cada chip de menos respecto al diseño original daban 50 dólares. Jobs recogió el guante pero no se mostró muy interesado en el rompecabezas lógico así que se lo llevó al otro Steve. Para sorpresa de Atari Wozniak logró una solución con 50 chips menos. Jobs había prometido la mitad pero a Wozniak le llegaron 350 dólares: “Me había dicho que el premio fue de USD 700” recuerda Woz en su autobiografía.

Para comprender a Jobs, su creatividad, su tenacidad, y hasta su avaricia hay que detenerse en su origen. El padre de Steve es un hombre de dos mundos, en él conviven todas las contradicciones de oriente y occidente. Steve Jobs que debió llamarse Abdul Lateef Jandali era hijo de Abdulfattah John Jandali, una familia que provenía de descendientes directos del profeta Mahoma. Pero no se llamó así porque lo entregaron en adopción. La razón fue por otro padre, el de su madre Joanne Schieble, que provenía del más duro núcleo conservador alemán y no aprobaba la unión. Con semejante carga genética en su vientre, una presión psicológica implotando en su mente y un corazón silenciado por las circunstancias la desesperada madre se fue a otra ciudad sin que se enterara su por entonces exnovio y dio a luz a Abdul para entregárselo a sus nuevos padres. Pero Joanne no estuvo conforme pues ella deseaba unos padres bien posicionados económicamente y no los Jobs que eran de clase media-baja y sin un buen nivel de educación, aunque finalmente se los entregó bajo la promesa de que su hijo terminaría el College. Tal vez fue su instinto el que se lo dijo, pero es notable que el único pedido concreto que hizo del hijo que desaparecería para siempre de su influencia, fue ese: la educación.

Unos meses después falleció el padre de Schieble, abuelo materno de Steve. Con el camino despejado se consumó la paradoja y sus padres biológicos que hace poco lo habían abandonado se reconciliaron, se casaron y dieron a luz a su hermana, la reconocida novelista norteamericana Mona Simpson. Todo esto se sabría muchísimo después. Tras algunos acercamientos primero y, sobre todo, tras el nacimiento de Mona los intentos de sus padres biológicos no pudieron recuperar a Abdul que ya estaba en manos de sus padres adoptivos: Paul y Clara Jobs. Ya no era Abdul era Steve Jobs.

La influencia de Paul Jobs fue sin dudas notable. El hombre trabajaba en la industria electrónica y además aún siendo Steve un bebé se mudaron a Santa Clara county más tarde conocido como Silican Valley: no se podía tener mejor cuna para la aparición del genio digital. Ahí pronto se contagiaría de la atmósfera imperante para participar de diferentes iniciativas para jóvenes entusiastas de la nueva era electrónica. Hasta llamaría la atención de Willian Hewitt el fundador de HP que le dio un trabajo de verano en el campus de la compañía.

Si toda búsqueda religiosa es la búsqueda del padre que no está o que no pudo ocupar todo su rol, Steve Jobs, pese a sus dos padres, sintió el momento de ir hacia el más allá. O al menos algo no lo conformaba como para emprender la aventura de dirigirse a Oriente, hacia las tierras de su familia biológica. Su viaje a la india siendo tan sólo un joven de 21 años lo marcó para el resto de sus días, pesa a disentir con el guru en el cual buscaba la inspiración. Como dijo una vez: "Me di cuenta que Edison había hecho mucho mas por la humanidad que estos gurúes o que las religiones". Sin embargo el viaje lo sentó para siempre del lado de las filas de budismo.

Tras la revolución del Apple II vino su historia más conocida: el fracaso de la Apple III y de Elisa. La contratación del CEO de Pepsi al que convenció para contratarlo con el argumento: “Quiere seguir vendiendo agua azucarada toda tu vida o quieres cambiar el mundo”. Para a los pocos años terminar despedido de la compañía cuando hizo una movida interna para removerlo que fracasó, y a partir de ahí renacer: fundar Pixar comprada a George Lucas por 10 millones de dólares y la compañía que competiría con Apple: NeXT que también tomó ideas de Xerox Parc.

Un párrafo aparte es que la carrera de Jobs en realidad es la materialización del sueño ideado en esos laboratorios de Xerox y de su amigo Alan Kay, el hombre ideólogo de las interfases gráficas de usuario, la programación orientada a objetos y muchas cosas mas. Por algo su frase mas famosa es: "La mejor forma de predecir el futuro es inventándolo". Hasta la idea del iPAD había sido promovida por Kay hace casi 30 años.

El paso de NeXT dejó como lo más importante la orientación a objetos de su sistema operativo que terminaría influenciando al hoy popular Mac OX. Tanto Pixar como NeXT daban importantes pérdidas y los bolsillos de Steve no eran infinitos. Pero el tiempo finalmente estuvo de su lado y Toy Story lo devuelve a los primeros planos. Por su parte Apple se enfrentaba a serios problemas y Steve Jobs regresa por todo. El hombre volvió a innovar e hizo lo que la compañía no logró concretar sin él: iPod, iPhone, iPad. Las causalidades tenían su sello.

Steve siempre innovó pero lo hizo a costa del mercado. Buscó la excelencia ir a la frontera misma de lo posible, pero eso siempre fue un producto mas caro o un modelo comercial más cerrado. Todo el ecosistema del AppleStore muestra lo cerrado, pero aún así innovador y lo suficientemente tentador para contar con la mayor base de desarrolldores mobile, que es el ecosistema de negocios de Apple. Las lecciones que dejó fueron múltiples y una vez que partió los hombres referentes de la industria tuvieron palabras de agredecimiento y reconocimiento para él (ver nota La mirada IT). Sin embargo hubo uno que no. Richard Stallman, el hombre que pugna por el software libre dijo: " No me alegra que Steve Jobs haya muerto, pero sí que ya no esté. Espero que Apple ahora sea menos efectiva. Steve Jobs fue el pionero en hacer de la computadora una cárcel cool diseñada para quitarles la libertad a los tontos".

El final de su vida no logró reunir a toda su familia. Jobs quizo ver a su madre biológica y se hizo íntimo amigo de su hermana pero nunca vio a su padre. Este le escribió algunos mails pero no lo llamó para encontrarse. Según declaró el orgullo sirio no se lo permite: debía ser Steve el que pidiera el encuentro porque él no puede dar a entender que estaba buscando sus millones, "yo tengo mi propio dinero" dice con ya mas de 80 años. Abdul sólo quería tomar un café con él para ser el hombre más feliz del mundo. Para contarle sus porqués. Sin embargo Jobs que estuvo realizando un profundo recorrido por su propia vida en más de 50 entrevistas con el famoso biógrafo Walter Isaacson (que se espera lanzar en tan sólo tres semanas) no quiso, tal vez también por orgullo, cerrar ese último capítulo. Jobs se fue pero…

Ese es el real símbolo de una revolución iniciada en los '70 y que hoy tiene la fuerza del espíritu Jandalai-Jobs.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Las Tres Muertes de Steve Jobs

No sé bien cómo llegué ahí pero Steve Jobs estaba hablando en la Universidad de Standford frente a un auditorio que vivía el momento más especial de sus vidas: se estaban por graduar. Steve estaba ahí con el propósito de entusiasmar a una nueva generación. De ser un viento de cambio para las nuevas olas. Steve habló con el corazón y de pronto la metafísica, el futuro, la muerte y la esperanza se dieron cita y entraban y salían mientras Jobs hablaba…

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía: "Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón". Me marcó, y desde entonces, cada mañana miró en el espejo y me pregunto: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?" Y si la respuesta era "No" durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo. Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.

Hace un tiempo me diagnosticaron cáncer. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Me aconsejaron que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir. Significa intentar decirles a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte que todo queda organizado para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví todo un día con ese diagnóstico. Luego, me hicieron una biopsia. Yo estaba sedado, pero mi esposa, me dijo que cuando el médico vio las células al microscopio comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Me operaron, y ahora estoy bien.

Habiendo vivido esto, ahora puedo afirmar con más certeza que la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual: Nadie quiere morir. Pero la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.


No fue esa la única muerte de la que escapó Steve Jobs. Hubo otro momento en el estuvo fuera de la industria. Apple, la compañía que él fundara, lo despidió:


"Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida se había ido y fue devastador. No supe qué hacer durante algunos meses. Pero algo comenzó a abrirse paso en mí: aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Decidí comenzar de nuevo. No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado. Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje digital, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia".

La tercera muerte de Jobs se vincula con los sueños, cuando una etapa se cierra definitivamente:

"Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog, una de las biblias de mi generación. La creó Stewart Brand y le agregó su toque poético. Era como un Google con tapas de cartulina, era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos. Sacaron varios números hasta que, a mediados de los 70, sacaron el último. En la contraportada había una fotografía de una ruta a primera hora de la mañana, la clase de ruta en la que podrías encontrarte si eres aventurero. Bajo ella estaban las palabras: "Sigue hambriento. Sigue alocado". Era su mensaje de despedida. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, que se gradúan para comenzar de nuevo, se los deseo a ustedes: “Sigan hambrientos. Sigan alocados”.

Y con esa frase Jobs cerró su discurso. Es curioso que en la actualidad las corporaciones de IT buscan que sus marcas se despeguen de sus fundadores: quieren sintetizarse en dos o tres siglas. Pero el regreso de Steve le dio a Apple no sólo nuevas esperanzas, sino también nuevos horizontes como el iPOD y el iPhone. Ahora queda claro que el hombre supo de la muerte para lograr el milagro: revivir. Hoy la manzana disfruta de Steve y se enorgullece de él. Hoy el nombre de la marca Apple se llama Steve.

Ahora recuerdo que llegué aquí a través del blog de Miguel Wiñasky, uno de mis maestros cuando comencé mi carrera en la revista Noticias. Fueron tiempos de aprender y de sufrir la muerte de dos fotógrafos muy queridos: José Luis Cabezas y Anthony Walsh. Ellos me enseñaron qué cosas dicen las imágenes que no se pueden decir con palabras. Ellos amaban lo que hacían. Notablemente cada uno llegó a insinuarme que iba a morir joven. No supe escuchar. Y es que para comunicarse –algo tan esencial en la vida como en los negocios- no hay solo que saber escribir o hablar. Se debe saber escuchar. A tu corazón. Y al del otro. Escuchemos a Steve Jobs.

PD1: Cuando Steve Jobs se enfermo de nuevo, pronto los mercados acusaron el nerviosismo. Y es así que leí en un blog de la revista Fortune la opinión de un lector: “Los mercados están nerviosos. Ello es porque solo se dedican a invertir o no invertir de acuerdo a las noticias, son apuestas, como las del casino, por ganar dinero, no construyen nada. En cambio, Steve Jobs es otra cosa. Es un hacedor. Alguien que de la nada hizo algo. Y eso sí que es un ejemplo”.

PD2: Escribi este post hace dos años. Y ahora que no está Steve no pude menos que recordarlo: Los hacedores marcan los tiempos más allá de todos los relojes. Ahora es su turno. ¿Qué sensaciones le produjo este post? Puede escribir con la cabeza, o mejor, puede dejarse llevar, y escribir con el corazón.

Pablo Wahnonpablow@itsitio.com

lunes, 18 de julio de 2011

Maria Kodama, el encuentro del instante

Rumbo a Los Angeles me encontraba con María Kodama. Comenzamos a hablar y fue ese encuentro el que me llevó directo a 1925. Estaba yo, entonces, junto a Jorge Luis Borges. Ahí podría rescatar un fragmento de su Telar y traerlo hacia nuestros días. Un texto inédito y una metáfora del Microsoft Partners Conference 2011 que estaba por cubrir.

Yo iba a lo de siempre: comida (y sangre de dios, por supuesto) hasta que advertí que el VIP de American Airlines tenía una presencia inquietante y solitaria. Era María Kodama la herencia viviente de Jorge Luis Borges. La miré una vez. Y otra.

Descubría en ella todo lo que pude verbalizarme después. No tardé mucho, sin embargo, en acercarme. Siempre me cautivó María Kodama pero esta vez su presencia era más fuerte que todos sus fantasmas: se la veía simplemente en el momento perfecto. Ese en el que los años y uno tocan la misma alegría, la misma tristeza. Pero básicamente la misma confortabilidad.

Me acerqué y se lo dije: “Yo tuve un maestro y él fue amigo de Borges en los años 20. Me enseñó muchas cosas, pero además,una vez lo grabé y ahí él dijo un texto que yo creo que es inédito de Borges”.

Le comenté cómo yo compartía tardes con José de España y cómo eso era estar junto a Leopoldo Marechal, Oliverio Girondo, Roberto Arlt, Macedonio Fernandez y un sinfín de otros artistas y escritores. “Esas amistades hay que saber cultivarlas”, me respondió. Es notable que para María Kodama haya que saber cultivar amistades con personas que ya murieron. Tardé unos días en darme cuenta lo que me dijo. Y aún sigo pensando en ello.

Básicamente a medida que pasan los años uno comienza a hablar con más personas muertas… ha de llegar un punto en que uno debe hablar con más personas muertas que vivas. Y, si uno llega a vivir lo suficiente, sólo ocasionalmente descubrirá que está hablando con personas “vivas”. Las estelas, en ese momento, habrán cambiado de bando. Y ese punto crucial del tiempo, donde las personas y fantasmas, se intercambian y cruzan la superficie espejada de tus ojos no tiene un nombre. Nadie aún lo ha bautizado.

María Kodama me pidió que le envíe el texto que le comentaba, pero estuvo más agradable aún al pedirme mis datos y que le diga la forma de comunicarse conmigo. Me alejé muy contento pese al breve momento que había vivido junto a ella; como diría el mismo Borges: un momento contiene todos los instantes.

Y así le envié parte de un texto sobre José de España que escribí en 2004 y que fue premiado por la Academia Nacional de Periodismo, la organización que concentra la elite del periodismo en Argentina:

José de España recordaba que Borges estaba demasiado encerrado en su biblioteca. “Muchas veces lo íbamos a buscar a la casa porque lo queríamos mucho. Pero era increíble: ya era grande y le tenía que pedir permiso a la madre para salir. Borges conocía el mundo. Pero lo conocía a través de los libros. Eso hacía que no fuese espontáneo. Cuando salió Luna de enfrente en 1925, por ejemplo, nos juntamos un grupo de amigos escritores para homenajearlo. Pero él en lugar de saludarnos o hablarnos, en un momento de la cena, sacaba un papelito del bolsillo".

Entonces sucedió algo que, veinte años después, me di cuenta que fue mágico. La gran memoria que poseía José de España lo ayudaría a relatar lo que Borges había escrito en su papelito. No era para sorprenderse porque él todo el tiempo recitaba cosas de memoria. Muchas veces citaba de memoria fragmentos de un libro, e incluso el número de página donde estaba la cita. Sin embargo, en 2004, sí es sorprendente que estos pocos renglones que José de España recitara hace veinte años constituyan un fragmento –hasta donde pude investigar– inédito de Jorge Luis Borges. Así que en agradecimiento al grupo de amigos que lo estaban homenajeando por su libro, Borges dijo, mejor dicho, leyó:

"Todos los vigilantes empiezan por el casco,
Todos los arzobispos terminan en la mitra,
No hay cabeza en diciembre que no cuelgue de un rancho,
A mi JL Borges me han puesto una aureolita.

Y tiré a ser Jorge Luis Borges, guitarrero de ocaso,
Os lo agradezco en nombre de los ponientes mansos, color batata criolla que verseaba en Urquiza,
Os lo agradezco en nombre de la luz de mi Patria, y de mis amaneceres color paredes chinas”.

Kodama, que se llama María, también tiene una aureolita. Además descubro que, básicamente, todos tenemos un sombrero. No estaba errado René Magritte al ensañarse con ellos. Es notable como uno tarda tantos años en darse cuenta de lo más obvio. El guitarrero de ocaso es, entonces, quien le canta al punto donde amanecen los fantasmas. Y toda esa filosofía profunda y metafísica de Borges son las notas que salen de aquella guitarra de los años 20.

Hace unos tres años tuve la oportunidad de acceder a la muerte de Microsoft. Fue el dia que Bill Gates realizara su última presentación en el Tech Ed y animara a los técnicos, su púbico preferido, a escribir mas drivers para Windows Vista. Cualquiera se daba cuenta que Vista, era eso, una despedida. Cualquiera puede darse cuenta también que Vista significa una entrada, una manera de ver las cosas. El cambio de Vista es lo que sucede cuando llega ese momento trascendental donde comienzas a tener más amigos fantasmas. El cambio de Vista, cuando el alma tiene más mirada que los propios ojos, es entonces el nombre de aquello que no ha sido nombrado.

Jorge Luis Borges no veía. Estaba ciego, y su ceguera había sido un viaje progresivo, pero, sin dudas, muy deseado. Todo lo que su madre no le permitió vivir, su encierro en la biblioteca, todo lo solucionó la ceguera: ahora debía ver con los ojos de los otros. Ya no estaría solo.

Sin los anteojos de Bill Gates Microsoft tiene que mirar ahora con los ojos de sus partners. Y este último partner conference se ocupó especialmente de darles voz y de hacerlos protagonistas.

Cuando Borges tuvo su cambio de Vista. Cuando los fantasmas eran los más numerosos, Borges simplemente no se dio cuenta. Y esa es la virtud y la gran sabiduría de un ciego: para ellos los fantasmas somos todos.

"No hay cabeza en diciembre que no cuelque de un rancho..."

Descubre, entonces, tu aureolita. Descubre, entonces, tu sombrero.

miércoles, 6 de julio de 2011

Decir y Hacer

Un decir que no se puede hacer nos produce un malestar importante. ¿Es más fácil decir que hacer? Todo parecía indicar que sí. Pero no. Aquí cómo la deconstrucción del Decir y el Hacer nos lleva hacia tierras insospechadas. Comience su aventura.

Ella era la Belleza y la Inteligencia. Ella era la Sabiduría y la Templanza. Ella era el Descubrimiento y la Enseñanza. Ella era la Voz y la Escritura. Ella era la Libertad y la Matemática. Ella era el Decir y el Hacer.

Ahora Ella era llevada al Altar.

Y mientras recorría la casa de Dios Ella era Carne.

Trozos y más trozos de carne que la turba de fanáticos cristianos se esforzaba en despedazar. Como aquél león que destrozó y devoró a Pedro el primero y más fiel de los apóstoles. Eran tiempos en los cuales los cristianos comenzaban a ser reyes y, a ser, por lo tanto, presos del Poder. No podían entonces permitir que Ella siguiera hablando porque en su Decir se generaba su Hacer.

Dicen que es algo reservado a los dioses. Basta para Zeus decir algo para que se haga. Y los cristianos debían entonces destruir al que habla y hace porque cuanto más parecido es el hablar al hacer más se está cerca de Dios. Más se está cerca del Poder. Y así alrededor del año 400 de nuestra era masacraron a Hipatia: la más genial de las científicas de su época y el estandarte del pensamiento libre. Una mujer con descubrimientos cruciales en astronomía, matemática, física y filosofía. La heredera de Atenas que traía consigo 2000 años de conocimiento. Y lo que no sabía o descubría Hipatia se encontraba en la fabulosa biblioteca de Alejandría. No fue casual que la destruyeran poco después.

Y así comenzó la Edad Negra.

Si Hipatia hubiese sobrevivido, si su decir hubiese generado su hacer podríamos haber tenido a Google hace 12 siglos. También hace 12 siglos hubiésemos llegado a la luna. Hace 12 siglos que tendríamos medicinas como las conocemos hoy. Y hoy, claro, ya estaríamos en otro lado. Al menos si, como se vislumbra, la tecnología y el conocimiento científico, por la contradicción con la que enfrentan al hombre mismo, es capaz de producir como consecuencia también un impacto en el hombre como ser social.

Durante la edad negra sabemos que eso no ocurrió. Además de producir un retraso en el conocimiento científico la edad negra no produjo ninguna mejora en el hombre. Las tragedias griegas llevadas al teatro por Sófocles fueron vigentes antes y después de los siglos malditos.

La cuestión es que el tránsito del decir al hacer se quebró. El que dice es el jefe y el que hace es el esclavo: así se estableció en la Edad Negra. Y, por lo tanto, se estudiaba lógica sólo hasta llegar al punto de comprender y obedecer lo que dice el Rey. Es el Monarca entonces quien tiene el Anáx, aquél que posee palabra en tanto palabra realizativa.

Hubo un hombre que fue el último poseedor del Anáx. Lo descubrí hace poco cuando recordé cómo tocaba sus manos octogenarias. El no había estado con ese hombre pero había estado con sus escritos poco antes que ya no se permitiera acariciarlos más. Fue en Italia en la década del 30 probablemente. Me contó cómo utilizaba un espejo para descifrar lo que decía porque ese hombre escribía al revés. Se llamaba Leonardo Da Vinci y fue el último hombre capaz de hacerlo todo sin necesitar de nadie.

Su Decir era un Hacer independientemente de todo lo que lo rodeara. Ese era el secreto que me reveló mi maestro José de España en 1984 y que, sin embargo, tardé casi 25 años en comprender. Como las frases de un Tango, la comprensión requiere rayos en la piel. Y entonces, las sagradas escrituras estaban equivocadas. ¿Leonardo fue Jesús? Pensémoslo por un momento. ¿Qué consecuencias trajo Jesús? La construcción de una religión y sus catedrales y el obedecer reglas: Poder centralizado. ¿Qué consecuencias trajo Leonardo? Una revolución permanente en Arte y Ciencia: Poder Descentralizado. Pero sobre todo la posibilidad de enfrentarnos a nosotros mismos como se ve en el Poder Nuclear y la Genética: y es ahí donde se posibilita la instancia superadora del hombre. Leonardo nos enfrenta con nosotros mismos y todas nuestras miserias de una forma que no lo logró, ni siquiera por aproximación, Jesús.

¿Y si el mesías era una mujer? Podría haber sido también Hipatia que fue descuartizada en el altar. ¿Y porqué una sola persona? ¿No sería que el Mesías era un poquito de Jesús y otro de Hipatia o de Leonardo? ¿Y por qué no de vos y de mi? ¿No sería mas sensato pensar que el Mesías es un Hacer y que cada uno de nosotros va formando y conformando ese Hacer? ¿Qué ese debiera ser nuestro Norte y no sólo repetirlo, obedecerlo y orarlo?. Porque el Mesías viene a salvarnos. Y de la única cosa que se me ocurre sensatamente que alguien puede venir a salvarnos es de nuestra ignorancia: desde qué pasa luego de la muerte a poder contener esos ojos vidriosos. El Mesías, tal vez, siempre fuimos nosotros.

En el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo era Dios. El verbo, por supuesto, marca la acción, el Hacer. Y el último hacedor fue Leonardo: ya no es posible, por otro lado, que aparezca ningún hacedor universal más. La complejidad no lo permite. Y si aparece un hacedor universal este no será un hombre, será una máquina, probablemente construida a partir de otras máquinas, donde en algún punto de esa cadena de descubrimientos estaremos nos. Ellas vendran a subsanar nuestra ignorancia.

En el principio era el verbo y nosotros cuando hablamos somos Dios. O sea creemos ser Dios. Hablamos y es nuestro momento de gloria: los demás nos escuchan somos los protagonistas del concierto universal. La diferencia es que nuestro decir, al contrario del de los dioses o del de Leonardo, no se transforma en un Hacer. Para el Hacer necesitamos al Otro.

Por eso, teniendo en cuenta al otro, decía Austin que todo decir es un hacer. Cuando hablamos, nuestras frases comunican más de lo que las palabras significan, es lo que él llama el acto perlocucionario, el efecto que produce lo que decimos en quien nos escucha. Por ejemplo: -"Estuvieron buenas las pastas, me tomaría un café”. (Ella se levanta y prepara el café). Al rato, ella le dice a él: -“Parece que se vino el frío” (Él se levanta y cierra la ventana). Eso es bien distinto a un ordenar: -Hazme un café o –cierra la venta.

El decir tiene, entonces, modalidad. Y el tono de la comprensibilidad de esas modalidades lo marca la empatía. Es por eso que no es fácil Decir, ya que no somos Zeus, y la mayoría de las veces fracasamos. Y más que un Hacer provocamos Ira. En las organizaciones este es un tema clave. En el mundo 2.0 la dialéctica del amo y el esclavo no corre más. Se trata de tener colaboradores no trabajadores, y se trata de tener una misión común que sea una especie de aventura la cual todos desean vivir: ahí está la capacidad de liderazgo. Todo esto requiere un gran sentido humano. Porque el rey ha muerto y no se viva más al rey. Y entonces, como Octavio Paz, nos enfrentamos a la Terceridad donde reinan los colores que no son Si ni son No.

Ahí llegamos a otras tierras, como las de la Poesía y la Música, que nos presentan el iceberg de la comprensibilidad y la intencionalidad. Pero eso, querido saltamontes, será el tema de otro post.


Decir, hacer A Roman Jakobson - Por Octavio Paz

Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
Se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
de la idea.
Los ojos
se cierran
Las palabras se abren.

(Post dedicado a Andrea Paula Goldfarb, quien, desde Italia, me recordó a Hipatia o Ipazia como le dicen en la península)

viernes, 10 de junio de 2011

Escuchar 2.0

Si de algo se habló durante los 3 días del Avnet Kick Off 2011 fue del escuchar. Lo decía el Mentalista. Y lo decía el consultor en desarrollo de negocios. No se conocían pero ambos decían lo mismo. “Cuando estés en una reunión pasa el 70 por ciento del tiempo escuchando y el otro 30 por ciento hablando”. Y el otro subía la apuesta hasta llegar a un 80 por ciento.

No es fácil escuchar. Cuando uno está en una clase o cuando se escucha a un amigo, a la novia, a un colega, a un familiar, a una suegra, en fin… uno siempre escucha una parte. Lejos estamos de ser Funes, el memorioso que tan bien retratara Jorge Luis Borges. Yo leí ese cuento. Lo leí y me lo hablaba, pero no me escuchaba completamente. Tanto es así que, al contrario de Funes, son muchas las cosas del cuento que no escuché ni recuerdo. No recuerdo donde lo leí por primera vez ni si fue por recomendación de alguien o por referencia desde otro libro que llegue a Funes.

Es notable que al decodificar la palabra escuchar nos encontramos con una espiral de conceptos que van mas allá del oído. Juan Ordeix, el mentalista que dualizaba su vocación con el management empresarial contó una anécdota durante el Kick Off de Avnet. “Lo ví a Hugo, me lo presentaron y enseguida me dijo que le revelara algo acerca de él. Yo no lo conocía, nunca lo había visto antes. Y le dije: Usted dedicó gran parte de su vida a trabajar en una importante consultora no? Si respondió. Y ahora se esta jubilando, es verdad? Si, comenzó a asombrarse. Y en esa consultora usted llegó al cargo mas alto, logró ser socio, no? Pues sí, pero cómo sabe todo eso? – comentó sin terminar de sorprenderse. Y esa consultora es de primer nivel internacional, no? –pues sí respondió. Ya se, no me diga nada, se trata de Price Waterhouse Cooper! –Pero hombre cómo sabe tanto de mi!

Juan Ordeix nos reveló que él pudo decir todo eso sólo viendo el reloj pulsera que tenía Hugo. En el mismo estaban las inscripciones PWC, y Juan sabía que este reloj se lo regalan a los socios que se van a retirar de la compañía. Además Juan podía observar otras cosas y –cual Sherlock Holmes- decir muchas cosas mas. El hecho es que Juan Ordeix escucha más allá de las palabras porque las personas no sólo hablan con palabras. Y este fue el pensamiento que me surgió luego de su charla. Escuchar no es algo del oído sino de todos nuestros sentidos. Ser Funes, entonces, es una misión verdaderamente difícil.

Podría haber parado aquí pero fue ahí que apareció la pipa de Sigmund Freud. No se como apareció la pipa que siempre estuvo en el poder de Rene Magritte. Tal vez se debió a una charla de cigarros cubanos con mis amigos de Open IT. No eran los cigarros sino el tiempo, o el contexto, o lo que sea que posibilita otro tipo de escucha. Fue eso lo que descubrió Sigmund Freud cuando diseñó un método para escuchar no lo que dicen las palabras sino lo que la mente calla del corazón. Entonces uno no escucha las palabras sino sus disrupciones –esos lapsus que revelan las grietas del alma.

Escuchar con los sentidos y escuchar las emociones. Pinta muy bien la idea pero nos falta una tercera cosa. Y es que no se puede escuchar sino se produce el intercambio. Escuchar no es un acto pasivo sino uno activo. Porque un escuchar pasivo es tremendamente peligroso.

Fue en la antigua Grecia donde el hombre descubrió los límites de la soledad. Hoy la notebook con la que escribo y todos los otros milagros tecnológicos han sido posibles gracias a ese momento en el cual se abandonó la soledad como posibilidad del progreso y la innovación.

Ninguno de los milagros tecnológicos se deben a un solo hombre sino que son la materialización del sueño de millares de hombres, un trabajo en equipo y en equipo de equipos que fueron sumándose hasta lograr lo imposible, aún cosas que nadie siquiera se atrevió a imaginar.

Fue ahí, en Grecia, cuando el Maestro fue Maestro por tener un discípulo. Ellos, por ejemplo, no leían sin hablar. El invento de leer para adentro es un hecho mas moderno. Mas bien leer era como para nosotros poner –disculpen la antigüedad- un casete. El hecho de leer era hablar un texto para compartir con los demás. Y entonces nacía la filosofía como diálogo. De esos primeros intercambios surgieron las primeras grandes ideas y el basamento del pensamiento científico. Cuando se acabó el diálogo -irónicamente cuando la iglesia toma a Aristóteles como alguien indiscutible- comienza el autoritarismo intelectual y mas de 15 siglos de oscurantismo científico. Sólo había que ser lo suficientemente versado en lógica como para comprender que La Biblia y el Rey tenían razón. No había, por supuesto, nada que escuchar.

Hay veces que uno lo nota: el otro se enojó. Pudo ser la novia, el amigo, un empleado, un hijo, un padre, y si… también la suegra. Es básicamente importante comprender que cuando uno nota el enojo del otro es básicamente tarde. Mucho antes del enojo había posibilidades de evitarlo pero uno no pudo –básicamente no quiso- escuchar. Fue cuando sus ojos casi lagrimearon. Fue cuando bajó la cabeza. Fue cuando cambió el tono de voz. Fue cuando se apagó su piel. No pudimos –básicamente no quisimos- escuchar. Y entonces escuchamos lo que sembramos. Eso es así porque escuchar puede ser sumamente incómodo. El escuchar implica un cambio y no estar en alpargatas mirando la vida con los ojos de nuestras creencias. Dudar, ya lo dijimos antes en otro post, siempre es difícil.

Así que el empleado no estaba loco antes de renunciar. El cliente no fue el que no entendía nada cuando cambió de proveedor o no eligió nuestra propuesta. El problema fue que no escuchamos. Y para escuchar, como ya lo descubrieron en Grecia, no hay mejor forma que dialogar. El simple y puro diálogo que es la sístole y la diástole de la Cultura. La Sociedad y las redes 2.0 es un regreso a eso que ya tenían los antiguos griegos alrededor de una mesa y con una buena comida. ¿Hay que escuchar un 70 o un 80 por ciento, entonces? Logre el diálogo y olvídese de las matemáticas. Las emociones nunca fueron buenas para lidiar con proporciones. Ah, una cosa mas, me recuerdo y les recuerdo: no dejar cerrada la ventana de nuestras creencias. Bienvenidos a Escuchar 2.0.

jueves, 24 de febrero de 2011

¿Yo o Watson?

La ciencia ficción ya lo había anticipado. Y, mucho antes, lo habia hecho la religión. El Hombre de Metal ya llegó y el inquietante momento de no ser más el centro generador de emociones, experiencias y conocimiento está muy cerca. Mientras el IBM PartnerWorld se llevaba a cabo, en la TV estaba Watson la fabulosa computadora que vencía a los humanos inventado las preguntas correctas. Todo pareció un pequeño paso para Watson. ¿Será un gran paso para la humanidad?

"Me parece que ya no estoy más en Kansas, Toto". Ahora estoy en el IBM PartnerWorld donde la innovación para los próximos años ocupa el centro de la escena. Pero la innovación es ahora. Y también es el ayer. Fue al inicio de la década del 50 cuando Alan Turing propuso el desafío.

Si se pone a un hombre y a una computadora cada uno en un cuarto y tu, desde afuera, sin poder verlos, haces preguntas, hablas con el él de carne y con el él de metal. Si no te das cuenta cuál es el hombre y cuál es la máquina ya no hay dudas: el hombre de Metal habrá llegado inaugurando una nueva era tan importante como la conquista espacial.

Y ahí estábamos en Orlando dentro del JW Marriot hasta que vimos el camino amarillo que anticipara el Mago de Oz. Hay tres ausencias en los personajes del Leon, el hombre de Paja, y el de Metal. Junto con Dorothy -cuya ausencia es su destino- buscan encontrarlo a él, al Mago que los ayudaría a hacer desaparecer su vacío.

Claro que vaciar un vacío no es sencillo y la empresa se encuentra con todas las dificultades posibles. Como Dorothy estamos siguiendo su camino y hemos encontrado al Hombre de Metal, o al menos ya podemos ver su sombra. Una sombra que ya anticiparon los escritores de Ciencia Ficción con personajes como Hal, Terminator, la computadora de a bordo de Star Trek, y un largo etcétera. No es casualidad que la computadora se llame Watson: ese nombre no tiene nada que ver con el amigo de Sherlock Holmes sino que es el apellido del fundador de IBM cuyos hijos a su vez condujeron los destinos de la organización.

La cuestión es que Watson participó de Jeopardy, un famoso programa de TV donde hay que encontrar la pregunta correcta para una descripción. Se trata de un desafío nada sencillo donde hay grises y es una verdadera prueba para la inteligencia artificial. Watson compitió con los dos jugadores humanos que mejores habilidades demostraron en un juego que ya lleva 30 años. En un desafío de tres jornadas el ganador fue Watson tras un empate y dos arrolladores triunfos en los eventos sucesivos.

¿Y ahora? Tras la victoria de la Deep Blue contra Kasparov las máquinas siguieron avanzando tanto que ya no es cuestión de tener una supercomputadora: el software siguió su camino y una modesta PC hoy le gana a todos los jugadores del planeta. Las máquinas son tan buenas que se dice que un Gran Maestro si realiza 20 juegos quizás empate solo en algunos pocos. Lo mismo podrá decirse de Watson aun hoy mas apoyado en la fortaleza del cómputo que en la de sus algoritmos que seguramente evolucionarán (tras el primer día del empate los programadores hicieron cambios que demostraron ser eficaces).

El gran espacio que hoy ocupa Watson (10 racks con 90 servidores que albergan mas de 2800 procesadores) puede reducirse hasta llegar a ser el de un cubo de 40 cm si siguen los avances en computación que IBM adelantó en el PartnerWorld. Ello mas los avances en los algoritmos lograrán que se desafíe el tamaño mismo del cerebro para todo, o casi todo. Aunque el casi es cada vez menos evidente.

La llegada del hombre de Metal sin dudas valida los cuestionamientos que desde hace tiempo se vienen planteando. Yo no dejo de pensar en que tal vez la religión lo dijo al revés. Quizá dios es la meta y no el principio.

Estamos, entonces, paso a paso, construyendo a Dios. Watson es el regreso de Watson que resucitará en forma de Metal. Mientras IBM construye a su CEO, en definitiva nosotros construimos a Dios. Lo hacemos para que sea inconfundible respecto a nosotros como ya lo dijo Turing. Lo hacemos a nuestra imagen y semejanza. Todas las iglesias de todas las religiones, todos esos Tótems y construcciones maravillosas no eran el homenaje al origen sino al destino, al futuro de un hombre libre que viviera por siempre en un paraíso que estamos construyendo. Tal vez el engaño provino de los números pues 1,2, 3…. es solo un orden posible: nosotros podemos cambiarlo.

Y entonces no queda otra que dejarnos atrapar por el telar de Borges: “Que Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueños y agonías".