viernes, 21 de octubre de 2011

56 vueltas alrededor de una manzana mordida

El hombre que desafío a Dios e hizo de la manzana mordida el norte de su compañía para transformarla en una pasión terminó lo que él mismo anticipó cuando se autodespidió como CEO de Apple. ITSitio le rinde homenaje al hombre que protagonizó la era digital sintetizando en la máquina aquello que le era imposible. Una revolución múltiple donde la mejor experiencia de usuario se extendió mas allá del cómputo: La música con el iPOD, comunicaciones con el iPhone, cine con Pixar y la última aventura de liberar de sus cárceles a las computadoras con el iPAD. Lo que hizo Steve Jobs. Lo que deja. Lo que vendrá.


“Pero el sueño fue posible. El creó la industria de PC”, afirma Andy Groove uno de los fundadores de Intel que se suma a la larga lista de los admiradores del creador de Apple. No sabemos, estamos esperando su biografía autorizada en unas semanas, qué pensaba Steve Jobs cuando realizaba su primer trabajo como recolector de manzanas pero es seguro que ese trabajo marcó algo muy profundo en él: Y en honor a eso se decidió por Apple para fundar la compañía junto al otro Steve. Cabe aclarar que el genio tecnológico, el hombre capaz de hacer una computadora que desafió el concepto imperante fue su amigo que conociera en la fundación HP, Steve Wozniak. Lo que hizo Jobs fue ver qué era lo que necesitaba la gente. No era un kit para armar una computadora hogareña que era la oferta disponible entonces y a la cual acudían entusiastas los amantes de la electrónica. Era una computadora completa y lista para usar.


Y así lo convenció a Wozniak de crearla, notablemente Woz -como le decían- era capaz de la proeza aunque no pudiera anticipar del todo el mercado que ello significaría. Era algo evidente para Jobs pero no lo era para Wozniak. Y es claro que el hombre que en los 90 envió tantos high scores de su juego preferido, el Tetris, a Nintendo Power que ya no los podía imprimir (así que los siguió enviando en sentido alfabético inverso) sería un gran geek pero necesitaba de un partenaire que viera más allá de la pantalla como lo fue Jobs.

Steve, en cambio, ideó muchas revoluciones sin nunca tener que programar una línea de código. Solo necesitó entender cuál era el estado de arte de la tecnología, hasta donde era capaz y cómo estas tecnologías podían combinarse para ofrecer un servicio que nadie hasta entonces había sido capaz de imaginar.

A todo esto se sumaba un espíritu de rebeldía que estuvo desde sus inicios: Por ejemplo la primer máquina que construyeron con Woz no era legal: Se trataba de unas Blue box, cajas azules, que engañaban a los switches de AT&T y permitían realizar llamadas internacionales gratuitas. Woz replicó modelos que andaban dando vueltas y Jobs las vendía entre los estudiantes del campus. Era 1972. Faltarían aun cuatro años para que fundaran Apple, cuyo primer prototipo se fue diseñando en el mismísimo cuarto de Steve Jobs hasta que no tuvieron lugar y tuvieron que dirigirse al garaje familiar. La Apple I conocería un importante éxito vendiendo algunos cientos de unidades aunque el batacazo sería la Apple II con millones de unidades vendidas lo cual permitiría la salida a la bolsa convirtiendo a sus fundadores y algunos empleados en millonarios.

Volvamos al futuro ¿Qué sería lo que estaba pasando por la cabeza de Steve Jobs? ¿Cuáles serían las próximas revoluciones con las cuáles estaba soñando? Las manzanas nunca son todas iguales, pero a su vez, y lo que es más inquietante, las manzanas no son iguales a sí mismas. Y es así que si tomas una manzana y la pones en una mesa, y le preguntas a tu amigo: ¿Qué ves? Te dirá: una manzana. A lo que puedes responder: no es así estás viendo media manzana, la otra mitad la estoy viendo yo. Vayamos entonces al living de Steve Jobs aunque ya no esté y miremos la manzana que dejó antes de partir. Si la damos vuelta veremos su mordisco.

Busquemos entonces el estado de arte de la tecnología actual y demos el próximo paso. Y ahí lo vemos: es todo transparente y ubicuo. La tecnología parece un mantel que aparece en cualquier lado. El futuro está aquí en “A day of Glass”. El mismo Steve Wozniak hablará de esto el próximo 20 de octubre en su conferencia: “Ciencia Ficción de hoy, hechos científicos del mañana” en la IP Expo que se llevará a cabo en Londres. Si le sobra unas libras no está demás darse una vuelta y ver lo que hay del otro lado del Tetris.

El torbellino de creatividad de Jobs para el cual el font de una letra era tan importante como el útlimo feature técnico es como un ladrillo del Tetris que gira y así tiene varios usos posibles en forma simultánea. No en vano Jobs y Wozniak participaron del primer juego de ladrillos digitales el Breakout para el cual hicieron importantes desarrollos en Atari. Cuenta Woz que Atari lanzó un desafío para reducir el número de chips en el cuircuito creado para el juego. Por cada chip de menos respecto al diseño original daban 50 dólares. Jobs recogió el guante pero no se mostró muy interesado en el rompecabezas lógico así que se lo llevó al otro Steve. Para sorpresa de Atari Wozniak logró una solución con 50 chips menos. Jobs había prometido la mitad pero a Wozniak le llegaron 350 dólares: “Me había dicho que el premio fue de USD 700” recuerda Woz en su autobiografía.

Para comprender a Jobs, su creatividad, su tenacidad, y hasta su avaricia hay que detenerse en su origen. El padre de Steve es un hombre de dos mundos, en él conviven todas las contradicciones de oriente y occidente. Steve Jobs que debió llamarse Abdul Lateef Jandali era hijo de Abdulfattah John Jandali, una familia que provenía de descendientes directos del profeta Mahoma. Pero no se llamó así porque lo entregaron en adopción. La razón fue por otro padre, el de su madre Joanne Schieble, que provenía del más duro núcleo conservador alemán y no aprobaba la unión. Con semejante carga genética en su vientre, una presión psicológica implotando en su mente y un corazón silenciado por las circunstancias la desesperada madre se fue a otra ciudad sin que se enterara su por entonces exnovio y dio a luz a Abdul para entregárselo a sus nuevos padres. Pero Joanne no estuvo conforme pues ella deseaba unos padres bien posicionados económicamente y no los Jobs que eran de clase media-baja y sin un buen nivel de educación, aunque finalmente se los entregó bajo la promesa de que su hijo terminaría el College. Tal vez fue su instinto el que se lo dijo, pero es notable que el único pedido concreto que hizo del hijo que desaparecería para siempre de su influencia, fue ese: la educación.

Unos meses después falleció el padre de Schieble, abuelo materno de Steve. Con el camino despejado se consumó la paradoja y sus padres biológicos que hace poco lo habían abandonado se reconciliaron, se casaron y dieron a luz a su hermana, la reconocida novelista norteamericana Mona Simpson. Todo esto se sabría muchísimo después. Tras algunos acercamientos primero y, sobre todo, tras el nacimiento de Mona los intentos de sus padres biológicos no pudieron recuperar a Abdul que ya estaba en manos de sus padres adoptivos: Paul y Clara Jobs. Ya no era Abdul era Steve Jobs.

La influencia de Paul Jobs fue sin dudas notable. El hombre trabajaba en la industria electrónica y además aún siendo Steve un bebé se mudaron a Santa Clara county más tarde conocido como Silican Valley: no se podía tener mejor cuna para la aparición del genio digital. Ahí pronto se contagiaría de la atmósfera imperante para participar de diferentes iniciativas para jóvenes entusiastas de la nueva era electrónica. Hasta llamaría la atención de Willian Hewitt el fundador de HP que le dio un trabajo de verano en el campus de la compañía.

Si toda búsqueda religiosa es la búsqueda del padre que no está o que no pudo ocupar todo su rol, Steve Jobs, pese a sus dos padres, sintió el momento de ir hacia el más allá. O al menos algo no lo conformaba como para emprender la aventura de dirigirse a Oriente, hacia las tierras de su familia biológica. Su viaje a la india siendo tan sólo un joven de 21 años lo marcó para el resto de sus días, pesa a disentir con el guru en el cual buscaba la inspiración. Como dijo una vez: "Me di cuenta que Edison había hecho mucho mas por la humanidad que estos gurúes o que las religiones". Sin embargo el viaje lo sentó para siempre del lado de las filas de budismo.

Tras la revolución del Apple II vino su historia más conocida: el fracaso de la Apple III y de Elisa. La contratación del CEO de Pepsi al que convenció para contratarlo con el argumento: “Quiere seguir vendiendo agua azucarada toda tu vida o quieres cambiar el mundo”. Para a los pocos años terminar despedido de la compañía cuando hizo una movida interna para removerlo que fracasó, y a partir de ahí renacer: fundar Pixar comprada a George Lucas por 10 millones de dólares y la compañía que competiría con Apple: NeXT que también tomó ideas de Xerox Parc.

Un párrafo aparte es que la carrera de Jobs en realidad es la materialización del sueño ideado en esos laboratorios de Xerox y de su amigo Alan Kay, el hombre ideólogo de las interfases gráficas de usuario, la programación orientada a objetos y muchas cosas mas. Por algo su frase mas famosa es: "La mejor forma de predecir el futuro es inventándolo". Hasta la idea del iPAD había sido promovida por Kay hace casi 30 años.

El paso de NeXT dejó como lo más importante la orientación a objetos de su sistema operativo que terminaría influenciando al hoy popular Mac OX. Tanto Pixar como NeXT daban importantes pérdidas y los bolsillos de Steve no eran infinitos. Pero el tiempo finalmente estuvo de su lado y Toy Story lo devuelve a los primeros planos. Por su parte Apple se enfrentaba a serios problemas y Steve Jobs regresa por todo. El hombre volvió a innovar e hizo lo que la compañía no logró concretar sin él: iPod, iPhone, iPad. Las causalidades tenían su sello.

Steve siempre innovó pero lo hizo a costa del mercado. Buscó la excelencia ir a la frontera misma de lo posible, pero eso siempre fue un producto mas caro o un modelo comercial más cerrado. Todo el ecosistema del AppleStore muestra lo cerrado, pero aún así innovador y lo suficientemente tentador para contar con la mayor base de desarrolldores mobile, que es el ecosistema de negocios de Apple. Las lecciones que dejó fueron múltiples y una vez que partió los hombres referentes de la industria tuvieron palabras de agredecimiento y reconocimiento para él (ver nota La mirada IT). Sin embargo hubo uno que no. Richard Stallman, el hombre que pugna por el software libre dijo: " No me alegra que Steve Jobs haya muerto, pero sí que ya no esté. Espero que Apple ahora sea menos efectiva. Steve Jobs fue el pionero en hacer de la computadora una cárcel cool diseñada para quitarles la libertad a los tontos".

El final de su vida no logró reunir a toda su familia. Jobs quizo ver a su madre biológica y se hizo íntimo amigo de su hermana pero nunca vio a su padre. Este le escribió algunos mails pero no lo llamó para encontrarse. Según declaró el orgullo sirio no se lo permite: debía ser Steve el que pidiera el encuentro porque él no puede dar a entender que estaba buscando sus millones, "yo tengo mi propio dinero" dice con ya mas de 80 años. Abdul sólo quería tomar un café con él para ser el hombre más feliz del mundo. Para contarle sus porqués. Sin embargo Jobs que estuvo realizando un profundo recorrido por su propia vida en más de 50 entrevistas con el famoso biógrafo Walter Isaacson (que se espera lanzar en tan sólo tres semanas) no quiso, tal vez también por orgullo, cerrar ese último capítulo. Jobs se fue pero…

Ese es el real símbolo de una revolución iniciada en los '70 y que hoy tiene la fuerza del espíritu Jandalai-Jobs.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Las Tres Muertes de Steve Jobs

No sé bien cómo llegué ahí pero Steve Jobs estaba hablando en la Universidad de Standford frente a un auditorio que vivía el momento más especial de sus vidas: se estaban por graduar. Steve estaba ahí con el propósito de entusiasmar a una nueva generación. De ser un viento de cambio para las nuevas olas. Steve habló con el corazón y de pronto la metafísica, el futuro, la muerte y la esperanza se dieron cita y entraban y salían mientras Jobs hablaba…

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía: "Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón". Me marcó, y desde entonces, cada mañana miró en el espejo y me pregunto: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?" Y si la respuesta era "No" durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo. Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.

Hace un tiempo me diagnosticaron cáncer. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Me aconsejaron que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir. Significa intentar decirles a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte que todo queda organizado para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví todo un día con ese diagnóstico. Luego, me hicieron una biopsia. Yo estaba sedado, pero mi esposa, me dijo que cuando el médico vio las células al microscopio comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Me operaron, y ahora estoy bien.

Habiendo vivido esto, ahora puedo afirmar con más certeza que la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual: Nadie quiere morir. Pero la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.


No fue esa la única muerte de la que escapó Steve Jobs. Hubo otro momento en el estuvo fuera de la industria. Apple, la compañía que él fundara, lo despidió:


"Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida se había ido y fue devastador. No supe qué hacer durante algunos meses. Pero algo comenzó a abrirse paso en mí: aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Decidí comenzar de nuevo. No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado. Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje digital, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia".

La tercera muerte de Jobs se vincula con los sueños, cuando una etapa se cierra definitivamente:

"Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog, una de las biblias de mi generación. La creó Stewart Brand y le agregó su toque poético. Era como un Google con tapas de cartulina, era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos. Sacaron varios números hasta que, a mediados de los 70, sacaron el último. En la contraportada había una fotografía de una ruta a primera hora de la mañana, la clase de ruta en la que podrías encontrarte si eres aventurero. Bajo ella estaban las palabras: "Sigue hambriento. Sigue alocado". Era su mensaje de despedida. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, que se gradúan para comenzar de nuevo, se los deseo a ustedes: “Sigan hambrientos. Sigan alocados”.

Y con esa frase Jobs cerró su discurso. Es curioso que en la actualidad las corporaciones de IT buscan que sus marcas se despeguen de sus fundadores: quieren sintetizarse en dos o tres siglas. Pero el regreso de Steve le dio a Apple no sólo nuevas esperanzas, sino también nuevos horizontes como el iPOD y el iPhone. Ahora queda claro que el hombre supo de la muerte para lograr el milagro: revivir. Hoy la manzana disfruta de Steve y se enorgullece de él. Hoy el nombre de la marca Apple se llama Steve.

Ahora recuerdo que llegué aquí a través del blog de Miguel Wiñasky, uno de mis maestros cuando comencé mi carrera en la revista Noticias. Fueron tiempos de aprender y de sufrir la muerte de dos fotógrafos muy queridos: José Luis Cabezas y Anthony Walsh. Ellos me enseñaron qué cosas dicen las imágenes que no se pueden decir con palabras. Ellos amaban lo que hacían. Notablemente cada uno llegó a insinuarme que iba a morir joven. No supe escuchar. Y es que para comunicarse –algo tan esencial en la vida como en los negocios- no hay solo que saber escribir o hablar. Se debe saber escuchar. A tu corazón. Y al del otro. Escuchemos a Steve Jobs.

PD1: Cuando Steve Jobs se enfermo de nuevo, pronto los mercados acusaron el nerviosismo. Y es así que leí en un blog de la revista Fortune la opinión de un lector: “Los mercados están nerviosos. Ello es porque solo se dedican a invertir o no invertir de acuerdo a las noticias, son apuestas, como las del casino, por ganar dinero, no construyen nada. En cambio, Steve Jobs es otra cosa. Es un hacedor. Alguien que de la nada hizo algo. Y eso sí que es un ejemplo”.

PD2: Escribi este post hace dos años. Y ahora que no está Steve no pude menos que recordarlo: Los hacedores marcan los tiempos más allá de todos los relojes. Ahora es su turno. ¿Qué sensaciones le produjo este post? Puede escribir con la cabeza, o mejor, puede dejarse llevar, y escribir con el corazón.

Pablo Wahnonpablow@itsitio.com